El nadador Joaquín Moreno, oriundo de Santa Rosa, disputará este sábado la tercera fecha del torneo internacional en el mar portugués de Setúbal y luego partirá rumbo a España para prepararse en la altura de cara al Mundial de Natación de Budapest.
El nadador pampeano Joaquín Moreno está en Europa desde hace seis días y, aunque se trate de su primera vez en el Viejo Continente, este joven de 19 años hizo a un lado su sed de descubrir y conocer. Lo único importante para él –y por lo que viene preparándose hace meses- es tratar de finalizar entre los diez primeros, cuando termine su carrera de mañana en Setúbal, Portugal, por la tercera fecha de la Copa del Mundo de Aguas Abiertas.
Para Joaquín, brillar en el mar portugués será también su modo de agradecerle a la natación por permitirle conocer, una vez más, un nuevo lugar. “No conozco Europa, nunca había venido. Es muy lindo conocer otros países y poder llegar con la natación es increíble. A mí, por ejemplo, me permitió conocer un país como China”, recuerda el nadador argentino nacido en Santa Rosa, La Pampa. Y sus palabras se refieren justamente a esta misma competición organizada por la Federación Internacional de Natación (FINA), en la que Joaquín lleva acumuladas cuatro participaciones que, además, fueron sus primeras incursiones en certámenes internacionales de 10 kilómetros. Durante 2016 compitió en las fechas realizadas en Patagones-Viedma (su estreno en la competencia, que no pudo finalizar), en Chun’An (culminó 12°) y en Hong Kong (17°), ambas en China. Este año tuvo su revancha personal en Argentina, en la carrera en Patagones-Viedma, y terminó en 12° posición.
Para la dura carrera de dos horas de mañana en Setúbal, el representante del club All Boys de La Pampa viene realizando una intensa preparación, nadando entre nueve y diez kilómetros por turno y realizando jornadas de entrenamiento doble varias veces por semana. Sumado a ese trabajo físico, el rodaje en este torneo desde febrero del año pasado es un factor fundamental para encarar esta jornada. “Me acuerdo que en China sólo quería terminar la carrera. Ahora busco algo más concreto, porque la realidad es que tengo más experiencia y ya sé cómo encarar la prueba. Esta es una carrera de resistencia y estrategia que te obliga a tomar decisiones inmediatas que pueden beneficiarte o perjudicarte. La decisión de seguir al pelotón o continuar con un pequeño grupo de nadadores que se abren tenés que tomarla en segundos, pero quizás ibas 10° y finalizás 3°. Es todo muy rápido en esta prueba”, asegura Joaquín.
Para Huemul Lino, quien lo entrena desde que tenía ocho años, su discípulo llega a esta competición en un muy buen momento, principalmente porque los nadadores de aguas abiertas suelen ser mayores que él y se trata también de una oportunidad para sumar experiencia. “¿Sus virtudes? Física y técnicamente, Joaquín es muy bueno. Es un nadador muy versátil: puede competir en los 100 metros a nivel nacional sin pasar vergüenza y lucirse en los 400 metros combinados o en una prueba de aguas abiertas. Y su actitud en la competencia es más que destacable. El año pasado, abandonó cuando se acalambró en la carrera de Viedma, por la Copa del Mundo, en un torneo al que llegó con 18 años y en el que se cruzó con los mejores del mundo porque era selectivo para los Juegos Olímpicos. Creo que lo que le pasó esa vez fue lógico, pero incluso después, nunca más lo vi abandonar”, detalla Lino.
Y si bien la prueba de mañana en Setúbal será más que importante, lo cierto es que la travesía por Europa no finalizará allí para Joaquín, que integra la delegación que viajó el sábado pasado junto a Huemul Lino, el entrenador Claudio Biagioli y los nadadores Guillermo Bértola –quien también competirá en Setúbal-, Cecilia Biagioli, Mayte Puca y Julia Arino. Tras la fecha por la Copa del Mundo, se trasladarán a Sierra Nevada (España) y realizarán una preparación en la altura para competir a mediados de julio en el Mundial de Budapest. El pampeano consiguió su clasificación tras finalizar primero en la última fecha del Nacional de Aguas Abiertas que se disputó este año en Santa Fe y en donde lideró los 10 kilómetros de la prueba con un tiempo de 1.53.39.
Esta vez, en el soñado certamen en Hungría, Joaquín no competirá en pileta, aunque –como describió su entrenador- también se destaque allí y sea el dueño del récord nacional junior en los 400 metros combinados. Aquella valiosa marca de 4.40.97 le permitió ingresar en el Hall de Honor de la Natación Argentina, que instituyó el Premio Heracles hace ocho años para reconocer, premiar, difundir y promover a aquellos nadadores que han establecido nuevos récords nacionales. Ahora, para él, es tiempo de aguas abiertas. Por eso, en Budapest, intentará estar entre los mejores 20, ya que ahí le tocará aguantar los empujones y golpes de los mejores exponentes del mundo. Y soñar, como lo hace quien lo entrena hace más de una década, con que esos roces vayan forjando su potencial y le permitan pelear por un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.