Budapest 2017


Argentina, en el Top 10 mundial, rasguñó la final en los 4×100 medley mixto en Budapest

La posta nacional en los 4×100 metros en los cuatro estilos, integrada por Andrea Berrino, Macarena Ceballos, Santiago Grassi y Federico Grabich, estableció un tiempo de 3.52.49 en su serie el miércoles que la dejó en 9ª posición en la meca de la natación mundial.

La posta argentina que compitió en el Mundial de Natación de Budapest estuvo integrada por los mejores representantes nacionales en la competencia –los cuatro que consiguieron su lugar con marca A- y, aunque el tiempo que registraron no les alcanzó para meterse en la final, su actuación del miércoles logró ubicarlos en el Top 10 mundial de la especialidad y estuvo muy cerca de establecer un nuevo récord argentino.

Justamente en el día en el que la cordobesa Andrea Berrino brilló en su serie de los 50 metros espalda y luego en la semifinal, marcando nuevas plusmarcas argentinas de la prueba, la posta quedó a sólo un lugar de conseguir una soñada clasificación a la final de los 4×100 medley mixta. El equipo que compitió en los relevos, integrado por Berrino, Macarena Ceballos, Santiago Grassi y Federico Grabich, estableció un tiempo de 3.52.49 y parciales de 1.01.78, 1.09.51, 52.65 y 48.55. Los argentinos finalizaron la prueba en 9ª posición, detrás de la posta alemana, última clasificada a la final (con un registro de 3.47.66). El gran nivel de la serie, de cualquier modo, quedó demostrado con el tiempo que consiguieron los estadounidenses: Ryan Murphy, Kevin Cordes, Kelsi Worrell y Mallory Comerford nadaron la prueba en 3.40.28, estableciendo un nuevo récord mundial tras dos años, que ellos mismos se encargarían de quebrar en la final, con un tiempo de 3.38.56 que les valió el oro.

El tiempo de los argentinos, por su parte, hizo temblar el propio récord nacional absoluto de la prueba, conquistado durante el Sudamericano de Asunción de Paraguay, el año pasado, por los mismos cuatro integrantes. La posta nacional quedó a sólo 18 centésimas de destrozar en tierras húngaras la marca de 3.52.31 que aún sobrevive como el mejor tiempo argentino absoluto de la prueba. Y, sin embargo, nadie les quita haber estado entre los diez relevos de la prueba más rápidos del mundo.


Andrea Berrino llegó a las semifinales en Budapest e impuso nuevo récord argentino de natación

La nadadora Andrea Berrino se destacó hoy como la mejor argentina de la jornada en el Mundial disputado en Hungría, tras alcanzar la semifinal en la prueba de los 50 metros espalda, de la que se despidió estableciendo su tiempo de 27.80 como el mejor registro absoluto nacional.

La nadadora argentina Andrea Berrino se había prometido a sí misma que iba a lograr la semifinal en alguna de sus pruebas de este Mundial en Budapest y hoy cumplió su cometido, al clasificar entre las mejores –quedó 10ª en la clasificación preliminar de su primera serie- de los 50 metros espalda. Para asegurarse ese lugar, la cordobesa había registrado un tiempo de 27.96, que se imponía ya como el mejor tiempo de la prueba en los registros nacionales absolutos. Y, sin embargo, la pupila de Federico Rossi iba a ir por más. En una semifinal en la que las presiones muestran a los mejores del mundo exigiéndose por acceder a la final, Berrino nadó en 27.80, su mejor tiempo histórico en la prueba, que la dejó a 21 centésimas de clasificarse a la última instancia pero le permitió mejorar el récord argentino que ella misma había actualizado unas horas antes. La brasileña Etiene Medeiros fue la mejor de la definición con su tiempo de 27.18, seguida de cerca por la china Yuanhui Fui, a sólo una centésima de distancia, y más de lejos por la norteamericana Kathleen Baker, tercera con 27.48. Ellas, junto a las otras clasificadas, disputarán mañana la final en búsqueda del podio y el reconocimiento mundial por los próximos dos años.

Con esta nueva marca, la discípula de Rossi se convierte en candidata para recibir el Premio Heracles 2017 e ingresar al Hall de Honor de la Natación Argentina en el capítulo de récords del año. Este galardón, en vísperas de su novena edición, reconoce, premia, difunde y promueve a aquellos nadadores que han establecido nuevos hitos en la natación nacional. El récord que ayer la velocista quebró por partida doble (28.11) era de su propia autoría, conquistado durante el Sudamericano de Asunción de Paraguay, el año pasado. También cristalizado en esa misma competencia, otro registro que la cordobesa hizo temblar ayer fue el de la posta 4×100 metros combinados, que con una marca de 3.52.31 aún sobrevive como el mejor tiempo argentino absoluto de la prueba. ¿Por qué? Porque ayer mismo, más temprano, también estuvo en riesgo ese récord durante la participación de los nadadores argentinos en la prueba de relevos: los mismos Berrino, Macarena Ceballos, Federico Grabich y Santiago Grassi que consiguieron aquella marca histórica el año pasado en Paraguay nadaron hoy en un tiempo de 3.52.49 y quedaron a sólo 18 centésimas de destrozarla en tierras húngaras. La alegría de la gran actuación colectiva, de cualquier modo, quedó algo empañada por la cercanía con la gloria: la posta nacional quedó a poco más de cuatro segundos de alcanzar la final mundialista en Budapest, retirándose en 9° lugar.

Con sus actuaciones de hoy, Berrino suma su tercera participación en Budapest (su segundo Mundial de pileta larga, tras Kazán 2015), luego del debut del lunes en los 100 metros espalda. En la prueba inicial, la cordobesa finalizó en 25ª posición en la general, con un tiempo de 1.01.63 que no le alcanzó para clasificarse a la semifinal. Y si bien seguramente se habrá quedado con ganas de más, luego de su gran actuación de hoy, lo cierto es que no falta demasiado para que Berrino tenga otra oportunidad de brillar en el agua: el sábado hará su presentación en los 50 metros libre, prueba a la que clasificó con un tiempo de 25s56. “Me gustan las tres pruebas, pero los 100 espalda son mi favorita y los 50 libre son mi segunda prueba. El año pasado llegué a las semifinales en el Mundial de Pileta Corta de Windsor, así que mi objetivo es repetir esa actuación y también bajar mis marcas”, contaba en la previa la destacada nadadora de 23 años, que tendrá en tres días la posibilidad de volver a soñar.


Desde mañana, tres cordobesas buscarán brillar en el Mundial de Budapest

Mañana, en los 200 metros combinados, Georgina Bardach hará su debut en el certamen de pileta larga. Ceballos y Berrino se estrenarán el lunes, en los 100 metros pecho y 100 metros espalda, respectivamente.

Macarena Ceballos, Virginia Bardach y Andrea Berrino competirán en Budapest en el Campeonato Mundial de Natación.

Las tres nadadoras argentinas que competirán desde mañana en el Mundial de Budapest son cordobesas y convierten a La Docta en la provincia con más representación nacional en el certamen en Hungría. La más experimentada de las tres es Virginia Bardach: para ella, éste será su cuarto Mundial de pileta larga, tras haber competido en Shanghái 2011, Barcelona 2013 y Kazán 2015. Andrea Berrino, por su parte, irá por su segunda experiencia mundialista, luego de lo hecho hace dos años en tierras rusas. Entre las dos, tendrán la posibilidad de darle consejos y alentar a Macarena Ceballos, que llega con una gran temporada encima pero es la única que enfrentará su primer Mundial de piscina olímpica.

“Estoy tranquila, más allá de que sea mi primer Mundial. Mis compañeros de equipo ya han disputado varios y me ayudan a no presionarme. La verdad es que, este año, estuve más nerviosa en la previa del torneo brasileño Maria Lenk, porque era mi oportunidad de clasificarme… Lo quiero disfrutar y siento que mi carrera no se termina acá. Así me lo tomo”, explica Ceballos, representante del Club Sociedad Alemana de Gimnasia de Villa Ballester.

Discípula de Gustavo Roldán desde hace un año en la entidad de San Martín, la cordobesa se estrenará el lunes 24 en los 100 metros pecho (prueba a la que llega con un tiempo de clasificación de 1m08) y luego se presentará el miércoles 26 en el relevo mixto en los 4×100 combinados (3m52s31), el jueves 27 en los 200 metros pecho (2m26s90) y el sábado 29 en los 50 metros pecho (30s99). Ceballos llega a su primer Mundial luego de un gran año, que incluyó tres récords argentinos absolutos en las mismas pruebas individuales que ahora enfrentará en Budapest y por las que ingresó nuevamente al Hall de Honor de la Natación Argentina, que instituyó el Premio Heracles hace ocho años para reconocer, difundir y promover a aquellos nadadores que han establecido nuevos récords nacionales. Y sus expectativas, claro, van acordes a esta gran temporada: “Voy a buscar las semifinales del Mundial y estoy mentalizada en que puedo lograrlo. ¿En qué prueba? Entrené muy duro para las tres, así que si me lo propongo, siento que puedo lograrlo en cualquiera. Y el calendario me ayuda, porque puedo descansar entre prueba y prueba”, reflexiona Ceballos.

“Aunque no hayamos compartido un Mundial con Macarena (Ceballos), sí vivimos juntas torneos de gran nivel, así que no le doy mucha importancia a esas cosas ni hablamos tanto de eso”, asegura Bardach, que quedó a 14 centésimas de revalidar su marca A para Budapest y que igualmente aseguro su plaza gracias a una buena marca B. “Llego con buenas expectativas y muchas ganas de disfrutar del torneo”, agrega la cordobesa de 25 años. Bardach debutará mañana en los 200 metros combinados (su tiempo clasificatorio es de 2m1a3s46) y luego competirá el miércoles 26 en los 200 metros mariposa (2m11s04) y el domingo 30 en los 400 metros combinados (4m42s62).

“En Kazán no me fue bien. Era mi primer Mundial de pileta larga y es muy diferente al de pileta corta porque hay nadadores de muchísimo nivel”, explica Berrino, para quien sí es muy importante la experiencia que da haber atravesado este tipo de certámenes. “Estos torneos te van dando experiencia y enseñándote a afrontar las situaciones mejor –describe-. En nuestro país, la natación no es un deporte popular. Eso hace que uno no esté acostumbrado ni sepa cómo manejar el salir en televisión, el diálogo con los periodistas, el competir a un gran nivel y el que todo el mundo esté expectante de vos y tus resultados. La clave es lograr que esa escena no te paralice y poder vivir la prueba como una situación de competición normal”.

Berrino hará su primera presentación en el torneo en Hungría el lunes 24 en los 100 metros espalda (donde su tiempo clasificatorio es de 1m00s45) y luego competirá en tres pruebas más: 50 metros espalda (28s11) y relevo mixto el miércoles 26 y 50 metros libre (25s56), el sábado 29. “Me gustan las tres pruebas, pero los 100 espalda son mi favorita y los 50 libre son mi segunda prueba. El año pasado llegué a las semifinales en el Mundial de Pileta Corta de Windsor, así que mi objetivo es repetir esa actuación y también bajar mis marcas”, reflexiona una de las tres cordobesas cuya aventura arrancará desde mañana en el Mundial de Budapest.


El nuevo dueto argentino toma la posta de las mellizas Sánchez y debuta mañana en el Mundial de Budapest

Camila Arregui y Trinidad López Brasesco, juntas desde octubre de 2016, tendrán su prueba de fuego en el certamen en Hungría, su primer gran torneo internacional como pareja de competencia de nado sincronizado. Mañana tendrán la primera prueba juntas: el dúo técnico. Más temprano, por la mañana húngara, Arregui debutará en el solo técnico y el martes competirán juntas en el dueto libre.

Las rosarinas Camila Arregui y Trinidad López Brasesco competirán representando a la Argentina en el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos en Budapest.

Luego de despedirse de Río 2016 y tras una brillante trayectoria de 18 años que incluyó la primera clasificación de Argentina a los Juegos Olímpicos, las mellizas Sánchez se despidieron del nado sincronizado. Mañana será el turno de sus sucesoras de aventurarse en su primer gran torneo internacional: el Mundial de Natación de Budapest. Allí, el nuevo dueto argentino de nado sincronizado que integran Camila Arregui y Trinidad López Brasesco se probará por primera vez ante la elite de la disciplina, siempre acompañadas por la histórica entrenadora Mónica López.
Cami y Trini –así se llaman entre ellas- tienen 22 y 16 años, respectivamente. Y Mónica López, de sobrada experiencia en nado sincronizado y nueve años a cargo de Etel y Sofía Sánchez, asegura que, si bien la primera aporta mucha técnica, a la segunda le sobra fuerza. Las dos, al igual que sus predecesoras, nacieron en Rosario y se formaron y entrenan en el club Gimnasia y Esgrima de Rosario. Camila entró a la Selección cuando tenía la edad que hoy tiene Trinidad, quien por su parte ingresó a la elite albiceleste el año pasado.
“Para las dos será nuestro primer Mundial. Estoy muy ansiosa y emocionada por competir en un torneo tan grande. Ojalá pueda estar centrada para poder dar lo mejor y dejar a Argentina bien parada. Este es un deporte muy complejo porque concentra varias disciplinas: natación, danza, gimnasia y música. La clave en este deporte es mostrarse seguras en la rutina y dar la máxima energía, sin intentar hacer nada raro ni nuevo”, detalla Camila, en diálogo con el Hall de Honor de la Natación Argentina, que instituyó el Premio Heracles hace ocho años para reconocer, premiar, difundir y promover a aquellos nadadores que han establecido nuevos récords nacionales.
Y Trinidad se suma. “Los nervios siempre están porque es un torneo súper importante y nos da mucho orgullo estar ahí. Después de toda la historia que vienen haciendo las Melli, sentimos mucha responsabilidad al representar a Argentina y queremos hacerlo de la mejor manera posible. Nuestro objetivo en Budapest es, en primer lugar, que los jueces nos conozcan y también medirnos y ver nuestro nivel respecto a los demás países, porque siempre después de los Juegos Olímpicos hay mucho recambio”, reflexiona la más pequeña del dueto, que este año cumple una década con el deporte.
Su entrenadora Mónica hace un análisis más específico, pensando en un plan a largo plazo. “Nuestra meta para este ciclo es clasificar a Tokio 2020 y en Budapest, finalizar entre los mejores 20. También apostamos a vencer a nuestros rivales directos, como Eslovaquia, Hungría, Israel, Gran Bretaña o Alemania”, asegura la coach, que en Hungría estará acompañada por Irina Rodríguez Álvarez, la colaboradora española que participa en la preparación de la Selección Argentina desde 2014.
En octubre del año pasado, en el Argentina Synchro Open 2016, las chicas debutaron juntas como dueto. Ya se conocían de antes, igualmente, porque Camila es la mejor amiga de Florencia, una de las hermanas de Trinidad. Este año sumaron rodaje en los Abiertos de Alemania y Francia, donde compitieron en marzo, y hace unas semanas volvieron del Synchro America Open, en Estados Unidos, con una medalla de bronce conquistada en la prueba por equipos. Cuentan que se llevan bien, adentro y afuera del agua. Camila dice que, cuando hace falta, le transmite algo de su experiencia a Trinidad, pero que ella a su vez le aporta su frescura y sus ganas. Vienen entrenando entre siete y ocho horas por día para brillar en Budapest. Mañana, temprano en Hungría, Camila debuta en el solo técnico y, por la tarde, será la primera prueba juntas: el dúo técnico. El dueto libre, la otra modalidad en que se presentarán, será el martes. Quizás, no sea casualidad que la aventura de Camila y Trinidad en Budapest, donde cristalizarán el nuevo dueto argentino que sucede a las Melli Sánchez, termine cerca del Día del Amigo. La confianza, sustancial en el nado sincronizado, es la base para empezar a soñar.


El pampeano Moreno compite en Portugal por la Copa del Mundo de Aguas Abiertas

El nadador Joaquín Moreno, oriundo de Santa Rosa, disputará este sábado la tercera fecha del torneo internacional en el mar portugués de Setúbal y luego partirá rumbo a España para prepararse en la altura de cara al Mundial de Natación de Budapest.

El nadador pampeano Joaquín Moreno está en Europa desde hace seis días y, aunque se trate de su primera vez en el Viejo Continente, este joven de 19 años hizo a un lado su sed de descubrir y conocer. Lo único importante para él –y por lo que viene preparándose hace meses- es tratar de finalizar entre los diez primeros, cuando termine su carrera de mañana en Setúbal, Portugal, por la tercera fecha de la Copa del Mundo de Aguas Abiertas.

Para Joaquín, brillar en el mar portugués será también su modo de agradecerle a la natación por permitirle conocer, una vez más, un nuevo lugar. “No conozco Europa, nunca había venido. Es muy lindo conocer otros países y poder llegar con la natación es increíble. A mí, por ejemplo, me permitió conocer un país como China”, recuerda el nadador argentino nacido en Santa Rosa, La Pampa. Y sus palabras se refieren justamente a esta misma competición organizada por la Federación Internacional de Natación (FINA), en la que Joaquín lleva acumuladas cuatro participaciones que, además, fueron sus primeras incursiones en certámenes internacionales de 10 kilómetros. Durante 2016 compitió en las fechas realizadas en Patagones-Viedma (su estreno en la competencia, que no pudo finalizar), en Chun’An (culminó 12°) y en Hong Kong (17°), ambas en China. Este año tuvo su revancha personal en Argentina, en la carrera en Patagones-Viedma, y terminó en 12° posición.

Para la dura carrera de dos horas de mañana en Setúbal, el representante del club All Boys de La Pampa viene realizando una intensa preparación, nadando entre nueve y diez kilómetros por turno y realizando jornadas de entrenamiento doble varias veces por semana. Sumado a ese trabajo físico, el rodaje en este torneo desde febrero del año pasado es un factor fundamental para encarar esta jornada. “Me acuerdo que en China sólo quería terminar la carrera. Ahora busco algo más concreto, porque la realidad es que tengo más experiencia y ya sé cómo encarar la prueba. Esta es una carrera de resistencia y estrategia que te obliga a tomar decisiones inmediatas que pueden beneficiarte o perjudicarte. La decisión de seguir al pelotón o continuar con un pequeño grupo de nadadores que se abren tenés que tomarla en segundos, pero quizás ibas 10° y finalizás 3°. Es todo muy rápido en esta prueba”, asegura Joaquín.

Para Huemul Lino, quien lo entrena desde que tenía ocho años, su discípulo llega a esta competición en un muy buen momento, principalmente porque los nadadores de aguas abiertas suelen ser mayores que él y se trata también de una oportunidad para sumar experiencia. “¿Sus virtudes? Física y técnicamente, Joaquín es muy bueno. Es un nadador muy versátil: puede competir en los 100 metros a nivel nacional sin pasar vergüenza y lucirse en los 400 metros combinados o en una prueba de aguas abiertas. Y su actitud en la competencia es más que destacable. El año pasado, abandonó cuando se acalambró en la carrera de Viedma, por la Copa del Mundo, en un torneo al que llegó con 18 años y en el que se cruzó con los mejores del mundo porque era selectivo para los Juegos Olímpicos. Creo que lo que le pasó esa vez fue lógico, pero incluso después, nunca más lo vi abandonar”, detalla Lino.

Y si bien la prueba de mañana en Setúbal será más que importante, lo cierto es que la travesía por Europa no finalizará allí para Joaquín, que integra la delegación que viajó el sábado pasado junto a Huemul Lino, el entrenador Claudio Biagioli y los nadadores Guillermo Bértola –quien también competirá en Setúbal-, Cecilia Biagioli, Mayte Puca y Julia Arino. Tras la fecha por la Copa del Mundo, se trasladarán a Sierra Nevada (España) y realizarán una preparación en la altura para competir a mediados de julio en el Mundial de Budapest. El pampeano consiguió su clasificación tras finalizar primero en la última fecha del Nacional de Aguas Abiertas que se disputó este año en Santa Fe y en donde lideró los 10 kilómetros de la prueba con un tiempo de 1.53.39.

Esta vez, en el soñado certamen en Hungría, Joaquín no competirá en pileta, aunque –como describió su entrenador- también se destaque allí y sea el dueño del récord nacional junior en los 400 metros combinados. Aquella valiosa marca de 4.40.97 le permitió ingresar en el Hall de Honor de la Natación Argentina, que instituyó el Premio Heracles hace ocho años para reconocer, premiar, difundir y promover a aquellos nadadores que han establecido nuevos récords nacionales. Ahora, para él, es tiempo de aguas abiertas. Por eso, en Budapest, intentará estar entre los mejores 20, ya que ahí le tocará aguantar los empujones y golpes de los mejores exponentes del mundo. Y soñar, como lo hace quien lo entrena hace más de una década, con que esos roces vayan forjando su potencial y le permitan pelear por un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.