Off-the-record – Santiago Grassi: la obsesión de llegar siempre más lejos


Al borde de la pileta conocemos a Santiago Grassi, recordman argentino y reciente clasificado en natación para competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016. “Mi fórmula es simple: dedicarle todo el esfuerzo a esto”, afirma Grassi. El joven de 19 años competirá en los próximos Juegos Olímpicos y sueña con volver a cruzarse con Phelps. La historia de un pibe con la obsesión por llegar siempre más lejos.

Santiago Grassi, recordman argentino de nataciónSantiago Grassi no recuerda si tenía cuatro o cinco años en ese momento, pero nunca va a olvidar la adrenalina que sintió cuando se tiró a la pileta de una quinta donde estaba de vacaciones y nadó de borde a borde. Dicen que el talento es aquello que existe mágica o genéticamente -dependiendo de a qué sea fiel cada uno- en el cuerpo de alguien.

Quizás, para justificar que este nadador santafesino tiene algo diferente adentro, alcanzaría con decir que a los 19 años compitió mano a mano con el multicampeón Michael Phelps. Pero conviene ser más profundos en este caso: el origen de su genio está en aquella tarde en la que encaró la proeza de ir de lado a lado en el agua de esa quinta y nadó por primera vez solo.

– ¿Cómo fue eso?

– Fue en unas vacaciones cuando yo era chico. Estábamos en una quinta que tenía una pileta. No recuerdo bien si tenía cuatro o cinco años, pero ese fue el momento en el que empecé a nadar solo. Fui, me animé, me tiré y nadé de un borde a otro. Ese es mi primer gran recuerdo en el agua. Después, cuando ya tenía seis años, mi familia me llevó a tomar clases a Unión de Santa Fe. Así aprendí a nadar.

– ¿Y cuándo te diste cuenta de que querías ser nadador profesional?

– Fue un proceso. Desde los seis hasta los 11 años, nadaba, tomaba clases y aprendía mucho. Poco a poco, empecé a competir. Pero a los 11 quise dejar. Me cansé de la competencia. Hasta que fui a un torneo en el que me fue más o menos bien y decidí seguir. A los 13 años, veía que me gustaba, que lo disfrutaba y que me iba bien. Se mezclaron las dos cosas porque podía acompañar ese disfrute con resultados. Me di cuenta de que era un deporte en el que me podía desenvolver bien y ahí empecé a apostar todo a esto.

Santiago Grassi, en la entrada en calor
– ¿Qué cosas tuviste que resignar para dedicarte a fondo?

– Fueron muchas cosas la verdad. Desde chiquito resigné, a veces, ir a jugar a la casa de amigos. Creo que algo que me marcó es que mi escuela, todos los años, hacía un viaje importante y yo dejaba de ir para quedarme entrenando. También resigné Bariloche, que era importante. Me quedé sin vacaciones con mis amigos y con mi familia. También falté a algunos cumpleaños de 15 o a fiestas. Digamos que tuve que dejar todo. Es un deporte muy exigente al que hay que dedicarle tiempo. Pero entiendo que lo más importante es poder disfrutarlo y así hacerlo con felicidad.

– ¿Pero cómo llevás vos una vida así?

– Me acostumbré a esta vida y me siento muy contento de llevarla. Me acostumbré a ser el raro en varios grupos de amigos. Soy el que hace algo diferente. Por lo general, pasa así porque, cuando todos organizan algo para hacer, vos tenés que viajar o que entrenarte. Admito que mi vida es diferente a la de una persona común.

– ¿Qué cosas, además de nadar, te gustan hacer?

– No practico otro deporte porque necesito cuidarme de las lesiones. Me gusta jugar a cualquier cosa pero soy de los que juegan a todo al mango y por eso es que muchas veces digo que no. Necesito dejar siempre todo y a veces se hace peligroso: si voy a jugar fútbol 5, quiero correr hasta el final y ganar el partido; y eso implica que corra un poco fuerte. No me puedo dar esos gustos. Me gusta pescar y juntarme con amigos. Siempre busco salirme de la rutina, ya sea en el día o en la semana, porque es una manera de llevar mejor esta vida.

IG-A71Q8570– ¿Qué significa ir por primera vez a unos Juegos Olímpicos?

-Es haber superado una meta antes de tiempo. Me pude demostrar a mí mismo que hay cosas que creo que son imposibles, pero que se terminan haciendo realidad. Me sirve para darme cuenta de que me tengo que animar a más.

– ¿Cómo se hace para sostener la ambición a medida que uno va cumpliendo los objetivos que se plantea?

– Hay que proponerse cosas más complicadas. O, más que complicadas, hay buscar cosas para superarse. Siempre se puede lograr mejorar con determinación y con fuerza. Cada vez que alcanzás un objetivo, viene otro que es más difícil. Y eso motiva mucho. Cuando estás en un nivel competitivo, cada vez es más difícil bajar los tiempos. Pero no hay que perder la cabeza. Hay que confiar en uno y en el equipo de trabajo. Mi fórmula es simple: dedicarle todo el esfuerzo a esto.

Historia de los Récords Argentinos en el Hall de Honor de la Natación: www.halldehonor.org

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